El poder de la danza en personas con discapacidad

A través de  talleres abiertos a la comunidad, desde una metodología de la observación, el análisis, la reflexión, la comprobación, los testimonios, el registro de actividades, las fotografías y los videos, nos permite afirmar que la danza es una herramienta vital a nivel individual y grupal, que tiene el poder de habilitar el cuerpo de la persona con discapacidad para mejorar su calidad de vida.
     La Danza, una de las artes más primitivas, tiene el poder de despertar el cuerpo y expresar los contenidos del alma, abriendo la puerta a la emocionalidad y a la espiritualidad. Cualquiera sea su forma, produce en quienes la realizan un goce sensual, conectado fuertemente con la vida
      La Danza Integradora, es una práctica humanizante y solidaria de transformación social, que da respuesta a la problemática de la inclusión y la integración de las personas con discapacidad tanto en el ámbito de formación docente universitario, como en el comunitario, desarrollando un sistema artístico-educativo que favorece y es favorecido por la diversidad. Promueve la salud integral, fomentando el desarrollo de las capacidades potenciales de todas las personas. Estimula vivencias artísticas que propician un cambio en la concepción de las limitaciones, eliminando la trágica y persistente cultura del desamor y la exclusión, mejorando los diferentes niveles de la comunicación entre personas con y sin discapacidad. Se sustenta en la defensa de la igualdad de derecho al arte y la educación, la libre expresión y la equiparación de oportunidades para todos. Propone cambiar la mirada en la formación docente y artística, creando conciencia de la importancia de educar a través de la Danza, poniendo en práctica los Derechos Humanos. Desafía los límites que impone la vida, a favor de una danza accesible a todos, que abre nuevas puertas a los bienes de la cultura y trasciende las barreras artísticas, sociales y culturales. Ofrece la posibilidad de un encuentro amoroso y placentero con el cuerpo, cualquiera sea su forma y su historia, para recobrar la potencialidad del ser y la alegría de sentirse libres.
    Las personas con y sin discapacidad de la comunidad, han encontrado un lugar de aceptación, pertenencia, integración, afecto y respeto, creación, alegría, amor, solidaridad y comunicación. Intentamos crear una comunidad de danza integrada, tejiendo nuevos vínculos con otros cuerpos, derribando preconceptos y recuperando la espontaneidad, el humor, el permiso a crear y jugar, la alegría de compartir, celebrar y festejar con amor la danza de la vida. El camino recorrido ha permitido verificar una vez más la importancia que tiene el movimiento expresivo y el arte, para elevar a la persona a su verdadera dimensión humana, más allá de cualquier tipo de discapacidad. La Danza Integradora, como una valiosa posibilidad para integrar las diferencias y celebrar la danza de la propia existencia.

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